domingo, 8 de septiembre de 2013

Encuentran en Canarias fósiles del tiburón más grande que ha existido


Científicos del Instituto Español de Oceanografía, el IEO, han encontrado en un yacimiento a 1.000 metros de profundidad, en las Islas Canarias, restos de megalodón (Otodus megaselachus). Este tipo de tiburón es el más grande que ha existido hasta el momento, pobló esta agua durante el Mioceno y podía llegar a medir 20 metros y pesar 100 toneladas.


Aunque el yacimiento paleontológico fue descubierto hace casi un año, en octubre de 2012, no ha sido hasta ahora que se han podido analizar detenidamente los restos hallados. Los científicos del IEO han comprobado que los huesos y dientes depositados en la montaña submarina conocida como Banco de Concepción, situada al norte de la isla de La Graciosa, pertenecen a megalodón, lo que permite conocer con más exactitud qué tipo de seres vivos habitaban esta agua hace millones de años.



Para uno de los biólogos marinos que han trabajado en la investigación, Pedro J. Pascual, se trata de un acontecimiento de gran relevancia científica, pues aporta información novedosa que permite esbozar el paisaje marino existenente en las Islas Canarias cuando estas empezaban a nacer del lecho oceánico, durante el Mioceno, entre 23 y 5 millones de años atrás. 



Además del Otodus (Megaselachus) megalodón, se han encontrado restos de otras especies ya extintas como el Paratodus benedeni (uno de los grandes depredadores en aguas abiertas de la época), Cosmopolitodus hastalis (considerado el tiburón antecesor del gran tiburón blanco actual),Hemipristis serra (tiburón parecido al cazón dientuso actual), Isurus retroflexus (especie de tiburón ya extinta de la familia de los Lámnidos) e incluso restos de un sirénido que podría pertenecer al géneroMetaxytherium.
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Un nuevo método para limpiar los vertidos de petróleo

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Los vertidos de petróleo en el mar suponen un problema ambiental muy importante. Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts ha desarrollado un método para separar el agua del aceite empleando imanes. Esta técnica permitiría que el petróleo fuera después reutilizado, de forma que se compensarían los costes de la limpieza.

El método propuesto consiste en añadir a la mezclananopartículas con hierro para después separar el aceite usando un imán. Los investigadores indican que se trata de una maniobra muy sencilla pero que deberá, sin embargo, realizarse en un buque para que las nanopartículas no contaminen elocéano. En otros trabajos se han propuesto métodos similares pero que tenían el inconveniente de que era necesario conocer de antemano la concentración de agua y aceite en la mezcla. La técnica propuesta, al colocar los imanes dentro de la corriente, y no fuera de ella, como en los métodos anteriores, se puede aplicar siempre con buenos resultados, sin importar la concentración de cada componente en la mezcla.

"Aún no se ha tratado lo suficiente el problema de los vertidos de petróleo", opina Ronald Rosensweig, un ex investigador de la empresa Exxon y un pionero en el estudio de ferrofluidos. "Se podría pensar en separar el aceite del agua por centrifugación, pero muchas veces la densidad de ambos fluidos es la misma y esto no es posible. El gancho magnético permitiría hacer una separación más rápida y efectiva".

Energía solar un 80% más barata


Un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) ha desarrollado un material que permite reducir un 80 por ciento el coste de fabricación de los paneles solares. Esta tecnología se basa en el uso de la perovskita, un mineral conocido desde hace un siglo de fácil fabricación y alta eficiencia que permitiría a la energía solar competir con los combustibles fósiles a nivel de coste.


Los paneles solares de silicio convencionales utilizan materiales de 180 micrómetros de espesor mientras que las nuevas células solares utilizan menos de un micrómetro de material para capturar la misma cantidad de luz solar. El grupo ha conseguido una eficiencia en la absorción de luz del 15 por ciento, que se estima que aumentará hasta el 25 por ciento característico de las células solares de hoy en día. El pigmento es además un semiconductor eficaz en el transporte de la carga eléctrica generada. 



Las células solares de perovskita se fabrican con tecnología muy barata y simple, a través de un proceso de difusión de un líquido sobre una superficie o de deposición de vapor. Este proceso permite que ambos tipos de células se complementen, de modo que los paneles de silicio puedan cubrirse con células de perovskita para mejorar su eficiencia sin necesidad de ser sustituidos.



A pesar de haber sido testado con anterioridad en la industria solar, el potencial de este material ha sido descubierto en los últimos años y ha llamado la atención de varias empresas que ya están trabajando en su comercialización.
http://www.muyinteresante.es/innovacion/medio-ambiente/fotos/fotos-wind-cube-energia-eolica-fachada-casa/fotos-sistema-modulable___2051

¿Por qué nos tiembla la voz cuando estamos nerviosos?

El culpable es nuestro sistema nervioso autónomo encargado de prepararnos para salir airosos de las situaciones de peligro. Y responde con sus dos partes: simpática y parasimpática. El sistema simpático libera epinefrina, que acelera nuestro pulso cardiaco para que entre más oxígeno en el corazón, aumenta la capacidad pulmonar y la frecuencia respiratoria, agudiza los sentidos visual y auditivo, lleva más sangre a los músculos..., en resumen, facilita una posible huída. Cuando nos enfrentamos a situaciones muy tensas, este mecanismo de alerta se dispara, haciéndonos tartamudear. Una vez que la sensación ha pasado, el sistema parasimpático se encarga de que recuperemos el ritmo normal.

MUY INTERESANTE 

Que te suden las manos puede ayudarte a negociar


Que te suden las manos y tu corazón se acelereno solo no es perjudicial cuando estás tratando de llegar a un acuerdo sino que puede ser beneficioso, según un nuevo estudio de la Escuela Sloan de Administración y Dirección de Empresas del Instituto de Tecnología de Massachussets (EE UU). Es la conclusión a la que llegaron Ashley D. Brown y sus colegas a través de un un experimento en el que varios sujetos debían negociar sus condiciones laborales. Los participantes que se mostraban predispuestos a negociar y que caminaron mientras lo hacían, sudando e incrementando así el ritmo de su corazón, lograron un trato económico más favorable que aquellos que, con idéntica actitud, permanecieron sentados y relajados. En cambio, quienes tenían una actitud negativa hacia la negociación lo hacían peor si se movían que si permanecían quietos.

Los investigadores concluyen en la revista Psychological Science que los efectos de la excitación física a la hora de negociar dependen de una interpretación subjetiva. Las personas que no quieren enfrentarse al reto de hacer un trato identifican el sudor y el aumento del pulso cardíaco como signos de nerviosismo que les perjudican, y como consecuencia se sugestionan y lo hacen peor. Sin embargo, aquellos que tienen una actitud favorable interpretan esa excitación como un signo positivo que les impulsa a poner en juego todas sus habilidades y a dar lo mejor de sí mismos.

Por lo tanto, el estudio desmiente la idea de que "hay que relajarse" antes de participar en una negociación. Incluso, según especulan los autores, es posible que tampoco nos venga mal un poco de sudor en las manos y de taquicardia cuando participamos en una competición deportiva, nos enfrentamos a un examen o hablamos en público.

Un nuevo reloj podría redefinir cuánto mide un segundo


La definición internacional del segundo como unidad de tiempo podría estar a punto de cambiar gracias al desarrollo de un nuevo tipo de reloj atómico avanzado que tiene más precisión y estabilidad que los actuales. Jérôme Lodewyck y sus colegas del observatorio de París han mostrado que los llamados relojes atómicos de entramado óptico (OLCs, por sus siglas en inglés) podrían ofrecer una medida más precisa y estable de la unidad básica de medida del tiempo, tal y como publican en la última edición de la revista Nature Communications.

Desde 1967 el segundo está definido como la duración de 9.192.631.770 oscilaciones de radiación microondas absorbida o emitida cuando un átomo de cesio salta entre dos estados de energía. Los relojes OLCs, por el contrario, usan rayos láser, que oscilan más rápido que las ondas electromagnéticas, permitiendo dividir el tiempo en unidades más pequeñas, lo que ofrece aún más precisión. En concreto, en el reloj objeto del estudio, 10.000 átomos de estroncio radiactivo son atrapados y medidos mediante luz láser. Según los experimentos de Lodewyck, con este nuevo método tan solo se perdería un segundo cada 300 millones de años, lo que implica que es tres veces más preciso que los relojes de cesio vigentes.

La nueva generación de relojes atómicos podría dar una vuelta de tuerca a los experimentos de física que indagan en lo profundo de las leyes del universo.

¿El dinero da la felicidad?

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El dinero sí puede comprar la felicidad. El bienestar emocional de los estadounidenses, su felicidad, aumenta a medida que sus ingresos se incrementan hasta que alcanzan los 75.000 dólares anuales, según concluye un estudio publicado hoy en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).


Angus Deaton, economista con el Centro de Salud y Bienestar de la Universidad de Princeton, y su colega Daniel Kahneman analizaron las respuestas de 450.000 encuestados. En la encuesta se incluyeron preguntas sobre la felicidad cotidiana de la gente y lo satisfecho que estaban con sus vidas, en general. El estudio de campo se realizó entre 2008 y 2009 para el Indice de Bienestar Gallup-Healthways. 

Los resultados mostraron que la felicidad aumentaba a medida que se incrementaban los ingresos, pero ese efecto se anuló al llegar a los 75.000 dólares. Sin embargo, la percepción general de éxito o bienestar siguió aumentando a medida que los ingresos superaron ese punto. Para quienes ganan menos de 75.000 dólares, explicó Deaton, "las cosas están tan lejos que es difícil ser feliz; interfiere con el disfrute".

Alguien que pasa de un trabajo en el que gana 100.000 dólares al año a uno que le paga 200.000 percibe más éxito, pero eso no necesariamente implica que sea más feliz en el día a día, dijo Deaton. Asimismo, la gente estaba mucho más feliz los fines de semana, pero eso no aumentó su percepción general de bienestar.

Hasta ahora, algunas investigaciones habían puesto en duda el valor del desarrollo económico para las personas. Deaton dijo que están lejos de resolver el asunto, pero añadió: "Trabajar en este proyecto me ha traído mucho bienestar emocional. Como economista tiendo a pensar que el dinero es bueno para las personas, y me complace encontrar alguna evidencia de que es así".
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¿Cómo se adquiere un hábito?

¿Cómo se adquiere un hábito?

Philippa Lally y sus colegas del University College de Londres (Reino Unido) han estudiado cómo se forman los hábitos en la vida cotidiana. A través de un estudio con 96 voluntarios publicado en la revistaEuropean Journal of Social Psychology, comprobaron que a medida que repetimos una acción o una elección (qué comer, qué beber, qué ejercicio practicar...) el automatismo aumenta, si bien el tiempo que tardan las personas en convertir un comportamiento en automático y no necesitar voluntad para llevarlo a cabo varía mucho, oscilando entre 18 y 254 días, aunque el máximo se sitúa en torno a los 84 días de repetición. El trabajo desmintió la idea de que saltarse un hábito que se está intentando adquirir un solo día interrumpe el proceso de fijación, y por lo tanto no hace falta en ese caso "volver a empezar".

La formación de hábitos es importante nos hace la vida más fácil, tal y como publicaba el neurocienctífico Joe Z. Tsien en la revista Neuron, ya que estos proporcionan libertad y flexibilidad mental permitiendo hacer actividades con el "piloto automático" mientras el cerebro se concentra en asuntos más urgentes. Y según su investigación, en el proceso de convertir un comportamiento aprendido en un hábito automático juegan un papel fundamental los receptores NMDA de las neuronas dopaminérgicas del ganglio basal del cerebro.